¿Se te ha ido la luz más veces que de vacaciones en agosto? ¿O ese enchufe sigue echando chispas como si fuese un dragón enfadado? Tranqui, que esto de los cortocircuitos y los cables revoltosos lo llevamos en la sangre. Y sin rollos raros, palabra.
Aquí si hay humo, olor raro o luces que se apagan solas, nos plantamos en un pis-pas. Nada de dejarle el marrón a otro. Y te avisamos: si el problema es gordo, te lo decimos sin rodeos. Que pa eso estamos.
Nada de cinta aislante ni apaños que duran dos días. Usamos herramientas que parecen de peli de ciencia ficción y repuestos que no dan pena. Lo que arreglamos, se queda arreglao. O no cobramos.
El 80% de las averías eléctricas vienen de cosas que podías evitar. Nosotros, además de arreglar, te decimos cómo no volver a vernos (aunque siempre serás bienvenido, claro).
Pues nos vuelves a llamar y arreglamos el tema sin historias ni letra pequeña. Nuestra garantía es como el buen vino: mejora con el tiempo.
Más barato que quemar la casa por no llamar a tiempo, desde luego. Y sin sorpresas: el precio lo ves antes de que empecemos a currar.
Oye, que la electricidad no es broma. Si tu casa hace más ruidos eléctricos que una feria de pueblo, aquí nos tienes. Y si llamas ahora, hasta te guardamos el café. ¿A qué esperas?