¿Tu cuadro eléctrico parece el panel de control de una nave alienígena? ¿O tienes que apagar las luces manualmente como en los tiempos de las cavernas? Se acabó el sufrir. Esto de la automatización no es solo para genios tecnológicos. Aquí te lo hacemos fácil, rápido y sin que tengas que aprender chino.
Fusibles que saltan, cables que parecen spaghetti y térmicas que se resienten más que tu abuela con gota. Nosotros lo dejamos más ordenado que un armario de Marie Kondo. Y de paso, te enseñamos a usar el sistema sin morir en el intento.
Que las persianas se suban solas al amanecer. Que las luces se apaguen cuando te duermas en el sofá. Eso es vivir, no andar tocando interruptores como si fueses un DJ novato.
El 70% de las averías vienen de cuadros mal dimensionados. Nosotros calculamos al milímetro antes de tocar nada. Así no vuelves a ver chispas donde no debes.
Mientras no esté hecha de piedra y lana de oveja, tenemos solución. Adaptamos sin derribar paredes. Y si hay que hacer obra, te lo decimos antes que nadie.
Más barato que pagar a un electricista cada semana. Y mira: te damos precios claros antes de empezar. Nada de sorpresas como cumpleaños.
Oye tronco, que un cuadro eléctrico chungo puede dejar tu casa a oscuras más rápido que un apagón en los 80. Nosotros lo dejamos más listo que el smartphone de tu hijo. ¿Probamos o qué? Que la tecnología no muerde… mucho.